La Inconvencional es una propuesta del Comité Organizador.
Un festival escénico autónomo que activa casas, talleres, bares, galerías y espacios no convencionales para pensar y vivir el arte más allá del teatro formal.
No es una cartelera; es un gesto político.
Un acto de resistencia que cree en el arte como herramienta crítica.
No nos interesa lo que se programa cada año, sino lo que no ha encontrado aún su espacio.
Apostamos por obras que desbordan los límites del teatro, que habitan el riesgo, que incomodan.
Lo inconvencional es también una ética: no queremos espectadores pasivos, sino testigos críticos.
La Inconvencional es más que un festival.
Es una forma de entender la escena como encuentro, como gesto colectivo.
Una manera de habitar el presente con otras reglas.
No tenemos teatros.
Pero tenemos casas abiertas.
Cuerpos disponibles.
Y la convicción de que el arte sucede donde hay comunidad.
Eje curatorial: El espacio como ente discursivo
En esta primera edición nos propusimos reflexionar sobre el espacio como parte activa del discurso escénico, no como mero contenedor o fondo.
Pensamos en los lugares como cuerpos con memoria, con una historia, una tensión, una posibilidad poética que dialoga con el hecho escénico.
Esta búsqueda nos llevó a descubrir que el festival no solo era una reflexión sobre el espacio…
Sino también sobre la comunidad que se construye al habitarlo.
Fue así que se reveló el verdadero eje que sostendrá el festival en el futuro:
crear comunidad desde lo escénico y lo cotidiano.
Fechas: del 18 de julio al 3 de agosto
Sedes:
Casa Azul – Estudio Patricia Meneses
Taller El Metlapil
Cervecería San Luis
Terrazas 806
Local_655
Espacio Ajolote
Espacio Intermitencia
Damián Carmona 415
Compañías participantes:
Escena Inefable
Lobas Teatro
Colectivo Otro Suelo
Mictlán Escena
ALA Compañía
Éxodo Escénico
Intermitencia Teatro
Trescia Colectivo
Actividades paralelas:
Desmontajes públicos
Platicatorio crítico
Bitácora de memorias
Primer ciclo del 18 al 20 de julio
Droste. O sobre los discursos del amor
Viernes 18 de julio 20:00horas.
Casa Azul-Estudio Patricia Meneses
Platicatorio
Sábado 19 de julio 20:00 horas.
Taller El Metlapil
Instrucciones para esperar
Domingo 20 de julio 19:00horas
Local_655
Segundo ciclo del 25 al 27 de julio
Droste. O sobre los discursos del amor
Viernes 18 de julio 20:00horas.
Casa Azul-Estudio Patricia Meneses
Platicatorio
Sábado 19 de julio 20:00 horas.
Taller El Metlapil
Instrucciones para esperar
Domingo 20 de julio 19:00horas
Local_655
Tercer ciclo del 1 al 3 de agosto
Droste. O sobre los discursos del amor
Viernes 18 de julio 20:00horas.
Casa Azul-Estudio Patricia Meneses
Platicatorio
Sábado 19 de julio 20:00 horas.
Taller El Metlapil
Instrucciones para esperar
Domingo 20 de julio 19:00horas
Local_655
Aquí vamos.
Esta es la primera relatoría / bitácora / cuaderno de apuntes en torno a La Inconvencional, un pequeño ejercicio de reflexión sobre el primer ciclo de actividades, del 18 al 20 de julio: dos obras y un platicatorio.
Un primer ciclo que no solo fueron aplausos y cansancio. Fue descubrimiento. Porque sí: descubrimos visiones y objetivos que no teníamos contemplados desde la conceptualización del festival. Nos dimos cuenta de que el objetivo de reflexionar en torno a los espacios como entes discursivos se quedaba en la superficie.
Descubrimos, este fin de semana, que el objetivo sustantivo del festival es crear comunidad.
Comunidad en una realidad normalizada de un gremio fragmentado, donde primero veo por mí, por mis procesos, y la empatía o la solidaridad pasan a segundo o tercer plano, dependiendo de las filias que cargamos.
Un primer ciclo que nos exige buscar nuevas formas de crear públicos y de divulgar bienes culturales para su consumo.
Fue también un ciclo donde las obras se adecuaron a un espacio ajeno.
A espacios que, por naturaleza, solo contienen memorias, no acciones.
Espacios descontextualizados que, por un día, fueron otros.
Una nueva realidad los habitó.
Comenzamos el ciclo con Droste. O sobre los discursos del amor, en Casa Azul, un espacio recién intervenido por la visión arquitectónica y contemporánea de Studio Patricia Meneses. Un espacio que, por sus cualidades y distribución, permitió generar un recorrido escénico y arquitectónico. Cada rincón de esa casa intervenida dialogó con la escena.
No fue solo una contención: fue una fusión.
El espacio potenciando el discurso.
El espacio siendo parte del discurso.
El montaje comenzó desde las 9 de la mañana. Un montaje pesado, como era de esperarse, dado que los espacios no convencionales no cuentan con los elementos escenotécnicos necesarios para iluminación, proyección o sonido.
Entonces, La Inconvencional no solo es el reto de salir del teatro: es también el reto de intervenir y modificar el espacio, con el respeto que ese mismo espacio merece.
La función se llevó a cabo. Terminó. Se brindó.
El segundo día realizamos un platicatorio, donde emergieron reflexiones sobre comunidad, gremio y las necesidades de la escena escénica local. Pero fue la participación de un asistente —público, no creador— la que dio un giro fundamental.
Una asistente que consume arte nos preguntó:
“¿Cómo van a hacer para que gente como yo, que no es cercana al arte, se interese y quiera invitar a más personas a consumir bienes culturales?”
Fue una llamada de atención.
Una invitación a salir del ensimismamiento, a dejar de pensar solo en la escena local y empezar a preguntarnos cómo podemos incidir en el desarrollo cultural, no como efecto colateral, sino como eje rector.
Quizá como gestores y creadores nos centramos tanto en lo que hacemos, que solo invitamos a quienes tenemos cerca, a quienes sabemos que irán. Dejamos que los canales oficiales hagan “su magia”. Y si la gente no llega, es porque “la publicidad fue poca y con poco tiempo”.
Pero eso ya no basta.
El tema gremial también resonó.
Y sí: la respuesta sigue siendo comunidad.
No se trata de ser amigxs, sino de reconocer la otredad, sus cualidades, sus conocimientos.
De apoyar compartiendo, invitando, yendo.
Este platicatorio dio lo que tenía que dar.
Y pensamos seriamente en una segunda sesión para cerrar el festival.
El domingo nos encontramos en Local_655, para la presentación de Instrucciones para esperar. Un espacio singular, dividido en lo que parecen tres mezzanines entrecruzados, que permitió una obra vista desde varios niveles: arriba, abajo, desde fuera.
Porque el lugar —una suerte de caja de cristal— permitía mirar hacia dentro o hacia afuera, dependiendo de tu ubicación.
El atardecer mismo se fundió con la escena, en una especie de propuesta entre land art e intervención del espacio público.
Fue una función concurrida, que terminó con un desmontaje:
Las participantes compartieron con el público sus procesos, ideas y motivos.
Esto fue La Inconvencional en su primer ciclo de actividades.
Ya veremos qué nos depara el segundo...
Bitácora del Segundo Ciclo de La Inconvencional
San Luis Potosí, del 25 al 27 de julio de 2025
Esto también hay que contarlo.
No habíamos escrito esta relatoría a tiempo. No por olvido, no por falta de importancia.
Quizá por una mezcla entre la urgencia de seguir con lo que viene, y la resistencia de mirar de frente lo que este ciclo nos mostró.
A diferencia del primero, este segundo ciclo tuvo menor asistencia, y eso abrió preguntas incómodas pero necesarias:
¿Fue un asunto de programación?, ¿Faltó difusión?, ¿Fue simplemente fin de quincena?.
Nos enfrentamos al silencio del público, y a la necesidad de no romantizar la autogestión cuando las sillas vacías pesan más que las palabras. Pero también fue un ciclo de afirmaciones, de aprendizajes técnicos, de descubrimientos narrativos, y de encuentros inesperados.
Tres piezas, tres espacios, tres experiencias, este segundo ciclo reunió tres propuestas muy distintas entre sí.
Y sin embargo, todas compartieron una relación profundamente activa con el espacio que habitaron.
San Luis Legendario – Trescia Colectivo
Terrazas 806
Una obra construida por cuadros, donde leyendas locales se tejían entre pasillos, columnas y umbrales de una casona con ecos antiguos, los actores se movían entre los espectadores como si el espacio ya supiera las historias y cada relato parecía emerger de las paredes, entonces nos imaginamos cada muro como un centinela, como un archivo no escrito, cada muro como un contenedor.
El hombre roto – Mictlán Escena
Taller El Metlapil
Un salón de clases de pintura se transformó en teatro, con sus paredes pintadas y manchas en el piso, en ese espacio de trabajo cuatro monólogos potentes, honestos, crudos y como el actor que los encarnaba. El borde de lo masculino expuesto sin artificio. El espacio —incompleto, irregular, lleno de sombras— no intentó parecer otra cosa.
Y en esa fricción se volvió teatro.
Escuela de la mirada – Colectivo Otro Suelo
Espacio Intermitencia
Un performance íntimo, casi un ejercicio de contemplación, llevar lo íntimo a lo público como "Mi cama" de Tracey Emin, así, sin filtros solo luz, sonido, objetos, tecnologías obsoletas y pantallas intervenidas, todo al servicio de una memoria reconstruida.
Un laboratorio de la percepción, donde mirar no era observar, sino desbordarse.
Frustraciones, hallazgos, preguntas...
Sí, tuvimos funciones con pocos asistentes.
Sí, hubo frustración, cansancio, e incertidumbre.
Pero también hubo algo esencial:
Las obras no se limitaron a soportar el espacio, sino a activarlo.
El espacio no fue un fondo; fue una capa más del discurso.
Este segundo ciclo nos recordó que lo inconvencional no siempre es lo cómodo.
Y que el público no siempre responde con entusiasmo, pero eso no invalida el proceso.
Porque las preguntas que este ciclo dejó —sobre programación, vínculos con públicos, sostenibilidad y lenguajes escénicos— valen tanto como los aplausos.
para terminar.
Fue un ciclo de piezas potentes y espacios frágiles.
De apuestas desiguales, pero necesarias.
De emociones encontradas, silencios densos y momentos brillantes.
Fue un ciclo que nos exigió pensarnos no solo como creadores, sino como observadores críticos de nuestros propios mecanismos.
Y aunque hubo menos público, cada obra sostuvo el espíritu del festival:
Convertirnos —una vez más— en espectadores inconvencionales.
El Comité Organizador
Aún julio 2025
Bitácora del Tercer Ciclo · La Inconvencional
San Luis Potosí · 1 al 3 de agosto de 2025
Ok, pues...
Escribir esta tercera bitácora / relatoría / cuaderno de apuntes es, por decirlo de alguna manera —o al menos para tratar de nombrarlo—, una experiencia extraña.
Y aunque suene a cliché de relatorías… es agridulce.
Quizá por eso es un cliché, o quizá el cliché es solo la norma.
Pero finalmente se trata de una sensación muy real: felicidad y tristeza, alivio y algo contrario al alivio.
Es confuso. Pero es real.
Por un lado, el cansancio de tres semanas se siente en los ojos cada mañana desde el lunes, cada atardecer se siente como una promesa de descanso… que realmente no llega.
Pero también, cada atardecer es mirar un cielo con colores(rojo cinabrio o bermellon si nos va bien) que nos permiten soñar con nuevos horizontes, con una nueva sesión de La Inconvencional.
Estamos en ese punto donde hay que preparar fechas, armar carpetas, pelear con el proveedor del dominio para sacar la página esta misma semana, hacer contenidos, tener juntas para seguir soñando.
Se terminó la primera emisión de La Inconvencional
La que no supe amar.
La que no supe que mas..
Un espacio que nos permitió ver artes escénicas, danza, performance, teatro.
Que nos permitió jugar con los espacios como entes discursivos, más presente en unas obras, menos en otras, pero siempre ahí, no como contenedores… sino como discursos, a veces gritando, a veces murmurando.
Este tercer ciclo —como era de esperarse— fue pesado físicamente.
Las tres obras tuvieron su grado de complejidad técnica.
Viernes – Como si fuera esta noche
Espacio Ajolote
Nos dimos a la tarea de meter un gran zapato en una pequeña caja.
Un espacio tan íntimo que realmente nos podíamos sentir dentro del muro.
Como entes que observan lo que los muros contienen.
Como si los muros pudieran ver las memorias.
Y solo quedara ser testigos silenciosos de la relación tan cercana entre madre e hija.
Espacio Ajolote abrió sus puertas, y Éxodo Escénico habitó cada uno de los muros.
Fue una gran tarde, con lleno total y sobrecupo.
Sábado – Las Montañas
Damián Carmona 415
Nos dimos cita en una casona destinada a convertirse en un espacio de oportunidades,
pero que en esta ocasión estuvo al servicio de la escena.
Un cuarto amplio… que no fue lo suficientemente amplio para contener al público, ni al calor.
Una pieza donde la relación entre dos hermanos se desarrollaba en una realidad distópica y postapocalíptica.
Y sin embargo, tocó temas tan humanos. Tan urgentes.
Tan necesarios de reflexionar.
Domingo – Mecánica (o el amor por los objetos)
Cervecería San Luis
Así como inició el festival —con un montaje complicado—, Mecánica cerró el ciclo con lo mismo.
Mover mesas, periqueras, sillas.
Plantear un recorrido por todo el segundo piso de la cervecería:
seis escenarios, cuadros, escenas, dos computadoras para audio, dos pantallas, un proyector…
Una complejidad escenotécnica tremenda, que terminaba planteando preguntas tan actuales:
el amor, los objetos, nuestra relación con ellos.
Sí. Se acabó la fiesta.
Terminamos exhaustos.
Pero profundamente agradecidos.
Con el público, con las compañías, con los espacios, con los patrocinadores.
Y con todos los que hicieron posible que este sueño se compartiera con quienes estuvieron.
Gracias.
Gracias de verdad.
— El Comité Organizador
Ya agosto de 2025
Nos vemos en 2026.
El soporte y las alianzas